Las ciudades medievales nacieron con la expansión agrícola iniciada en el siglo XI que generó prosperidad económica y favoreció los intercambios comerciales, que se realizaban en núcleos urbanos ya existentes, aunque despoblados desde el fin del Imperio Romano. Estos intercambios también se llevaban a cabo en los castillos y en los monasterios del feudo, especialmente si estaban situados en alguna ruta comercial transitada o tenia puerto.
A estos centros acudían los campesinos a vender sus excedentes (cereales, frutas, carne...), a la vez que compraban artículos de uso cotidiano elaborados por los artesanos (herramientas, cerámica, ropa...). Estos últimos, poco a poco, fueron estableciéndose allí, creando nuevos barrios de artesanos y mercaderes denominados burgos, por eso a los habitantes de estas nacientes ciudades se les llamaban burgueses-
Origen Hacia el siglo XI ya había desaparecido el terror de los bárbaros. Tras siglos de una economía rural de subsistencia, la mejora de las cosechas empezó a producir excedente. Como sabes, siempre que hay excedente agrícola se desarrollan dos actividades: el comercio y la especialización (división del trabajo). Ésta última, es la que caracteriza a los poblamientos que llamamos ciudades. A diferencia de las ciudades antiguas (que se organizaban alrededor de los que sabían algo esencial para la supervivencia de los demás). Lo que ocurrió en la Edad Media es que los comerciantes, artesanos, etc. acudían a los castillos de los señores, abadías etc. donde se habían acumulado las riquezas procedentes de las rentas feudales. Los comerciantes y artesanos se agrupaban sin orden en las proximidades de los castillos. Estos nuevos barrios se empezaron a llamar burgos y a sus habitantes, burgueses. La burguesía constituye una nueva clase social cuya riqueza no está ligada a la posesión de tierras. Esto acabaría provocando la crisis del feudalismo. | | |||||||
| Los Artesanos La palabra artesano designa a la persona que ejerce un arte práctico (que, a diferencia de las bellas artes, cultivadas por los artistas, sirve para remediar alguna necesidad material). O sea, que lo artesano no tiene nada que ver con la salud (no es que hubiera artesanos que gozaban de buena salud y artenfermos con gripe, etc). Como la emigración a las ciudades era un poco caótica y la mentalidad de la época un poco 'cobardica', los artesanos del mismo oficio solían establecerse en la misma calle. Por eso las calles de los cascos antiguos suelen llamarse de los plateros, de los tintoreros, de los zapateros, etc. | | ||||||
| Esta mentalidad poco lanzada que comentamos, provocó que los artesanos se agruparan en los gremios que, por un lado, defendían sus derechos, atendían a las necesidades de los agremiados (huérfanos y viudas). Por otro lado, el gremio regulaba totalmente la actividad de los artesanos impidiendo de hecho cualquier iniciativa. En el taller-casa vivían los Aprendices, que empezaban a aprender el oficio a los 7 años. A cambio de su trabajo (bastante duro, por cierto), el Maestro les mantenía, pero no les pagaba sueldo. Cuando el aprendiz dominaba el oficio, el gremio le hacía una prueba y, si la superaba, pasaba al grado de Oficial. Entonces ya podía cobrar un pequeño sueldo. Con el paso del tiempo, si era capaz de hacer una Obra Maestra, el gremio le nombraba Maestro y entonces podía establecerse por su cuenta. El 'invento' de la Seguridad social, las vacaciones pagadas, seguros de desempleo, pensión de jubilación, etc. son aportaciones muy posteriores (en algunos casos habrá que esperar hasta el siglo XX). En esa época no había más fiesta que los domingos. Se trabajaba entre 12 y 16 horas al día y en caso de enfermedad o vejez... Con el paulatino decaimiento del Imperio Romano y todo lo que éste suponía en cuanto a organización política e institucional, el mundo occidental va mudando su rostro, y las ciudades -las antiguas civitas romanas- decrecen de tal manera que muchas de ellas desaparecen por completo. La población se irriga por toda la zona rural, abandonando las grandes concentraciones. Estos son hechos distintivos y significativos de la Edad Media. El proceso de urbanización y, en consecuencia, el de la transformación de las ciudades en la Edad Media, está totalmente ligado al desarrollo del sistema socio-económico conocido como feudalismo. Por lo tanto, la ciudad o lo que de ella logra salvarse después de la crisis del mundo antiguo, responde totalmente a la civilización agrícola de su tiempo. Reducidos a su mínima expresión el comercio y con él la artesanía y la industria, el trabajo rural y la propiedad territorial vuelven a ocupar un lugar dominante y se convierten de nuevo en la base de la economía. Pero los estados medievales no están en capacidad de mantener su condición de entidades esencialmente agrícolas, pues la ausencia de mercados y la inseguridad imperante conducen al aislamiento de sus unidades territoriales y, en tal virtud, terminan eliminando incentivos para mejorar las formas de vida o las técnicas de producción. Se inicia, entonces, un período de aislamiento y atraso que influye negativamente no sólo la esfera económica, sino también el orden social y cultural de los pueblos, lo mismo que su estructura política. Europa se cierra en si misma, se desgasta en interminables guerras internas y parece navegar sin detenerse hacia su ruina definitiva. Reina la confusión, tanto en la realidad confusa como en el espíritu de la época. Tal es la anarquía y la desesperanza de este período que para finales del primer milenio se espera el fin del mundo. De allí viene, muy probablemente, esa idea de catástrofe, destrucción y desolación que suele rodear "el período" del Medioevo para muchos historiadores y personas del común. A finales del siglo IX la decadencia económica, política, social y cultural del occidente europeo llega a su punto más crítico. La monarquía absoluta medieval ha llegado a su fin y el rey no tiene más poder ni autoridad que la conferida por sus propiedades materiales. Hace guerras, pero no gobierna; gobiernan los grandes terratenientes como señores independientes, jefes de sus ejércitos particulares, dueños de la economía regional y amos de los habitantes y de sus posesiones. Es importante destacar el papel de la cultura monástica en la Edad Media. A diferencia de las religiones "urbanas" en Grecia y en Bizancio, aquella organizó sus comunidades en las zonas rurales, en centros específicos y, en alguna medida, a partir de ahí, propició incipientes formas de colonización agraria. Para la época, el Estado feudal en sentido estricto, había dejado de existir y pasó a transformarse en una empinada pirámide social con un punto abstracto en su cúspide. Pero el siglo X es una época de estabilización y paz relativa. Llega a su fin la ola de invasiones. Tanto en los principados feudales como en los episcopales, se insinúan ahora los primeros elementos de una estructura que lucha por un mínimo nivel de vida para el pueblo, por entonces establecido en pequeñas villas y poblados. El verdadero motivo que da curso al nacimiento de la ciudad medieval es el comercio y la industria. Al iniciarse el segundo milenio de nuestra era, Europa Occidental experimenta un verdadero despertar de la sociedad, una auténtica explosión de energía y optimismo en todos los campos. Así, la revitalización económica del Siglo XI se desenvolvió bajo la influencia de dos centros: Venecia y la Italia meridional en el sur y la costa flamenca, en el norte de Europa. Ambos polos experimentaron un rápido desarrollo merced a sus relaciones comerciales con otros países. Y aquí es de importancia señalar que su prosperidad, lo mismo que su benéfico influjo sobre la Europa continental, fue el fruto del restablecimiento de los contactos entre Oriente y Occidente. Venecia nunca perdió su vinculación con Constantinopla, capital política del Imperio Bizantino, gran puerto y centro de manufacturas de primer orden. Conforme a su desarrollo el comercio marítimo se generalizó y extendió hasta las costas de Francia y España donde Marsella y Barcelona ocuparon un lugar destacado. Con el renacimiento del comercio florecieron ciudades como Génova, Pisa, Brujas, Flandes y los Países Bajos. El comercio también fue preámbulo al nacimiento de los suburbios (suburbiun), las ciudades nuevas (novus burgus) y los puertos (portus). La ciudad amurallada y con contribuciones a sus miembros, se dio en la comuna medieval; por eso el recinto fortificado adquirió personería jurídica, fiscal y arquitectónica: ciudades radiocéntricas (de radios y círculos), ciudades lineales (formadas a lo largo de un camino - camino o calle real- para su semejanza en América), ciudades cruciales (con dos calles principales que se entrecruzan), ciudades en escuadra (o de cuadrícula), ciudad nuclear (a partir de algún punto central o importante como el templo o la casa de gobierno), la ciudad binuclear (en torno a dos puntos claves), ciudad espina de pez y las ciudades acrópolis. La contemporaneidad del medioevo y el feudalismo español y lusitano con la conquista y la colonia en América, propician el encuentro de identidades en la conformación de la ciudad hispanoamericana, la cual va a ser trazada con rigor geométrico. |